martes, 22 de diciembre de 2009

Su nombre es Lionel

Dejenlo dar los pasos por sí mismo. No lo comparen, olvídense de personajes anteriores por favor. Él mismo sabe lo que hace, conoce su estilo y disfruta. No entiende del pasado, vive el presente y espera disfrutar del futuro. Pero por sí mismo, sin parecerse a alguien más, con un estilo que lo caracteriza, un regate, un chute y una frialdad única. Pocos son así, pocos fueron así, por eso hay que dejar que Lío sea Lío y no algún otro. Un país depende de él, lo extraño es que prácticamente no lo conoce. Ese mismo país vive y se desvive por un ídolo antiguo, por glorias pasadas, por lo que fue y ya no será. Ese mismo país debe comprender que las cosas son diferentes, los tiempos son otros y los estilos también. Messi es uno solo, como Maradona lo fue en una época, y por ser uno sólo es que se necesita compañía. Aquí son once contra once, no uno contra todos. Es necesario jugar y hacer jugar, pero también es necesario tener amigos, ser mimado y ganar confianza. No tiene que ver con jugar en una posición diferente a la de tu equipo, tiene que ver con confianza. Algo que se transmite desde el entrenador y algo que su selección no tiene. El pasado ya pasó, redundante, pero cierto. El mejor es él, Lío, sin un país que lo idolatre, sin un peinado que lo caracterice, una estrella por sí sola que busca ganarse a un país. Un país que está renuente a ver hacia el futuro, incluso hacia el presente. Pero ya basta, es hora de pasar esa página y mirar por lo que hay ahora, ya. Al fin y al cabo eso es lo que vale.