domingo, 25 de octubre de 2009

Ante todo, rivales

No importa como vengan. No es cuestión de estilo, en ellos juega el corazón. No hay manera de compararlos, son tan diferentes que terminan iguales -qué paradoja-. Así fue el River Plate-Boca Juniors del torneo Apertura del 2009. Qué impresionante es vivir un clásico del fútbol argentino. Ni bien había comenzado la semana y ya no se hablaba de más nada. River, Boca, Boca o River, son uno mismo y a la vez son contrarios. Sin importar cómo llegaban el uno o el otro, el clásico es algo aparte, los jugadores lo sabían y los técnicos lo exteriorizaban.
Apuesto que ni Leo Astrada imaginaba un partido tan bien planteado tácticamente para los de Nuñez -incluso durante la semana probó con cinco defensas al fondo y la duda de Matías Almeyda como medio o central. Sin embargo, el equipo respondió. Guíados por un trabajo encomiable del medio campo, Matías Abelairas la coció, Nicolás Domingo se multiplicó y "El pelado" mandó, los millonarios supieron darle la mejor lectura al encuentro. Esto, liberó de responsabilidades defensivas al trío Gallardo, Ortega y Buonanotte. Si bien el primero no lució en el juego, suyo fue el gol de tiro libre que gritó la hinchada en el primer tiempo. Toque acá, salida por allá, relevo en el medio, escapada por la banda, Buonanotte servía como referencia ofensiva y se complementaba con Ortega que hacía sentir a la endeble defensiva xeneize cada vez que tocaba el balón. así culminó un primer tiempo con River siendo mucho más y sin importar estar entre los últimos de la tabla.
Un protagonista inesperado
Ante un marco de 50.000 personas, 23 eran los protagonistas principales...sí...23 porque el árbitro Saúl Laverni se empeñó en aparecer reflejado en los noticiarios. En el primer tiempo cobró un penal sobre Buonanotte, quien antes de recibir la falta se llevó la pelota con la mano. No importó, un adelantado Roberto Abbondanzieri detuvo el chute de Ortega y no pasó a mayores. El segundo tiempo fue otra historia. Cuatro minutos después de botar por doble amonestación al lateral izquierdo Cristian Villagra, repitió la dosis con Julio César Cáceres tras una gran actuación del "Burrito Ortega". El enganche le dio un manotazo al central azul y oro y al recibir la réplica se lanzó al suelo gesticulando y generando rating para la próxima entrega del Oscar. Tan descollante fue su actuación que opacó a Buonanotte, nuevo maestro de la tragedia en River, quien intentó burlarse del árbitro en varias oportunidades (incluso lo logró en el penal).
Con el equilibrio de diez por lado y adelantado por la inercia y la necesidad de resultado, Boca buscó el gol para igualar el marcador. El novel Nicolás Gaitán fue quien más a pecho se tomó la necesidad de subir. Atacando por banda derecha, el zurdo regateó a medio mundo sin poder encontrar premio. Su movilidad era tal que fue la única vía de escape que encontraron los de La Bombonera para burlar a su rival. Sin embargo, la fórmula del gol fue una que lleva diez años rindiendo en Boca: Riquelme-Palermo. Un muy bien anulado Román sirvió de señuelo en el área y dejó un balón servido para que "El Titán" rematara de zurda casi desde el borde del área y decretara la paridad. De ahí en adelante Boca tenía 30 minutos para darle vuelta al marcador y acercarse a la punta del campeonato. Pero aletargados, lentos y sin ideas, todos los balones caían en Riquelme quien pese a intentar organizar (primero su cerebro, después a su equipo) no pudieron vulnerar la valla de Daniel Vega. Al final, un 1-1 que le sirvió a River para demostrar que está vivo y con el que se conformó Boca tras ver sus escasas posibilidades de anotar.
Ricardo López Carrasco

sábado, 24 de octubre de 2009

Un Caracas-Magallanes a la distancia...

Es sábado...un día normal como cualquier otro en la Argentina, preparándose para el River-Boca de mañana. Ni soñarlo que a unos miles de kilómetros de distancia otro clásico -de otro deporte (beisbol), pero clásico al fin- se lleva a cabo. Sí, qué extraño se siente escuchar un Caracas-Magallanes por internet y darse cuenta que la emoción incluso puede palparse al otro lado del mundo. No es fácil prestarle atención a un juego por radio...se hace tedioso, cansino, pero bueno...eso sólo es para verdaderos seguidores. Sin embargo, cuando no hay mayor recurso que la internet y tenemos problemas con ver videos, resulta sencillo sintonizar una emisora, de cualquier país incluso. Así, pude escuchar un juego sin ningún tipo de inconvenientes (salvo una cadena nacional...no...no la extrañaba) en el que los Leones del Caracas igualaron la serie particular de la campaña con los Navegantes del Magallanes al vencerlos 9 por 0.
Sentir cada batazo, disfrutar los errores del contrario, e incluso, poder burlarse de los magallaneros es algo que satisface a cualquier caraquista donde quiera que esté. No hay nada más sabroso que el sabor de la victoria, así...con unos cuántos kilómetros de por medio igual quiero desearle a todos los magallaneros que hayn disfrutado su buena ración de arepas.
Ricardo López Carrasco

miércoles, 21 de octubre de 2009

¿Dónde queda el juego?

Quizás fue un momento de molestia el que me llevó a abrir este blog, pero después de ver jugar hoy al Real Madrid merecía descargar algo así sea con palabras...
Qué incomprensible resulta cuando un supuesto "equipo" (con redundancia y todo) sea capaz de demostrar un nivel tan bajo de juego cuando se espera de ellos lo mejor. Señores, el fútbol es un deporte de conjunto donde si falla uno los otros diez pueden cubrirlo, pero si fallan todos la problemática se hace mayor. Ya han pasado casi tres meses desde que Manuel Pellegrini asumió el equipo, era comprensible que con tantos nuevos jugadores y un entrenador nuevo el equipo se viera incapaz de hacer fútbol en sus primeros partidos...pero ya ha pasado un tiempo y la cosa sigue sin cambiar.
Fútbol...precisamente esa es la palabra clave. ¿Qué es el fútbol? ¿Qué importa en el fútbol? Se me viene una sola respuesta a la mente: el balón. Más allá de posicionamientos tácticos, de técnica, física o química, si tienes el balón nadie te hará daño. Pero...¿cómo tienes el balón? es tan simple que todo el mundo se complica: jugando. No hay mejor manera de manejar un encuentro que jugando, nada de fantasías, filigranas o gambetas...como quieran llamarlas, todo eso viene solo y con el tiempo, lo más importante siempre será jugar. Defender, atacar, cualquiera que sea el estilo, si tienes el balón nadie será capaz de estar en tu contra. Definir tu estilo genera importancia ¿qué hacer cuando se tiene el balón? En primer lugar abrir los ojos, en segundo lugar pensar y en tercer lugar tomar una decisión, todo eso se debe hacer en segundos. Sí, claro, complicado...pero para eso te preparan.
Resulta incomprensible que en un nivel de Liga de Campeones un equipo tenga el desastre táctico del Real Madrid y jústamente todo ese desastre es lo que hace más grande a Raúl González Blanco. Porque sí, porque en el enredo, en la maraña él siempre va a estar y a hacer goles. Pero ahí está el principal problema del asunto. NO debe aparecer Raúl por el mal juego, es necesario que aparezca porque se está jugando de verdad. ¡Entiendan! Hay que tocar, hay que valerse de las herramientas que se tienen, no hay que hacer lo difícil cuando el camino resulta el más simple. No es necesario formar un enredo posicional cuando todo el mundo tiene la capacidad para estar en su lugar. Todo es muy simple, hay que tocar rápido, hay que jugar, pero sobre todo hay que pensar. Es necesario pensar y saber lo que hará tu compañero. No chocar con él, no morderle los talones. Hay que ayudarlo, dar lo mejor y apoyarse, así se hace un equipo.
No hay excusas, ya todo es falso, simplemente se está jugando mal porque hay algo que no sirve. Y no es un jugador, no es un entrenador, son todos y cada uno de los que forman el equipo que son incapaces de ver en qué fallan. Hasta que no aprendan esto no servirá de nada ni entrenamientos, ni consejos, ni razones...
Ténganlo presente...
Ricardo López Carrasco