sábado, 21 de noviembre de 2009

El fiasco de las estrellas

No tiene sentido que un Juego de las Estrellas sea un fiasco. Más ilógico resulta que haya años en los que vean acción jugadores que la única forma de ser considerados estrellas es si jugaran en casa con sus amigos. Pero bueno...en Venezuela, más concretamente, con el beisbol venezolano existe un tabú (la verdad que no sé cómo llamarlo) que impide que un conglomerado de figuras divierta al público. Todo lo contrario, parece ser una parranda de amigos que decidieron jugar después de beberse unas cervezas. Si bien hay casos excepcionales (el año pasado se jugó un buen partido ante República Dominicana), en los últimos años se vienen presentando varios fiascos en los clásicos que organiza la Asociación de Peloteros.
Jugadores que no aceptan la invitación, otros que descontentos con la organización se revelan, otros que confirman y al final ni se presentan, han llevado a que se realice un juego en donde el aburrimiento es la principal atracción. Más allá de hacer un clásico de las Estrellas (en una liga invernal, con tan pocos compromisos resulta una pérdida de tiempo), deberían prepararse esas "estrellas" y pensar en formar un único equipo para ir a la Serie del Caribe y demostrar de lo que son capaces.
Entiendan una cosa, para armar una farsa en la que terminen jugando suplentes de los equipos que dirigen los managers seleccionados, es preferible utilizar ese tiempo para armar juegos recreativos junto a los fanáticos e incentivar la práctica del deporte. Más allá de que ese juego sirva para reponer las arcas de la "pseudo" asociación de peloteros venezolanos, es importante hacer algo para continuar con la expansión del deporte en Venezuela y darle a la gente una buena posibilidad de compartir con sus jugadores favoritos. Pero como la realidad es otra...este primero de diciembre "disfrutaremos" de otro Juego de Estrellas del beisbol venezolano...
Ricardo López Carrasco

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Cuando el no dar jonrones pesa

Confieso estar lejos del beisbol. Aquí en Argentina es un poco complicado poder seguirlo. Sin embargo la internet facilita mucho las cosas y aunque no sea lo mismo que verlo, te puedes dar una idea de lo que está ocurriendo. El pasado lunes, Elvis Andrus, el campocorto de los Rangers de Texas tenía la posibilidad de convertirse en el tercer venezolano en recibir el Novato del Año, tras Luis Aparicio y Ozzie Guillén. El nativo de Maracay tenía los números para conseguirlo (.267 de promedio, 72 anotadas y 33 bases robadas en 145 encuentros) pero hay una característica que domina a los votantes del supuesto "beisbol moderno" en la que el criollo, dada su fisonomía, fue incapaz de destacar: el slugging. Un porcentaje que determina la fuerza de un bateador, que infla sus capacidades e incluso le otorga el mote de jonronero o impulsor, estuvo en contra del venezolano durante toda su temporada -y lo estará durante su carrera-. Para él, este porcentaje terminó en .373, combinando seis jonrones y 44 remolcadas, todas cifras que pasarían desapercibidas para cualquiera.
Por esto y sólo por esto (es la única razón lógica que salta a la vista) los cronistas norteamericanos decidieron darle la distinción de rookie más destacado al lanzador Andrew Bailey. "Yo mismo creía que el premio se lo llevaría Andrus. Él tuvo una excelente temporada y además jugó todos los días", contó el serpentinero a la página oficial de la mlb tiempo después de conocer la decisión. Además del reconocimiento de sus compañeros y rivales, el ficha de los Navegantes del Magallanes en el circuito venezolano lideró a los querubines en hits (128), triples (8) y anotadas (72), siendo todo un suceso en su primer año como regular. Mención a parte merece su defensiva: .968 de porcentaje de fildeo y más de 400 asistencias. Toda una revelación para un hombre que tiene esto como su principal herramienta de trabajo. Su sustento, lo que le da de comer.
"No me siento decepcionado por esto. Andrew es un gran jugador y tuvo un buen torneo. Estoy un poco triste, pero nada más, sólo es momento de prepararme para el próximo año", contó el criollo, quien tampoco se llevó el guante de oro pese a que era uno de los principales candidatos. "Quería ganarlo, llevo pensando en esto desde que tengo 16 años, sabía que tenía posibilidades. No lo gané pero eso no significa que vaya a dejar a un lado mi ambición y las ganas de ayudar a mi equipo. No me importan los números, lo mejor de todo es lograr avanzar a la postemporada", continuó el shortstop. Andrus es el bastión de la generación del infield venezolano. Sus capacidades son grandes y triunfará en las Grandes Ligas, en algún momento será capaz de llevarse algún premio que destaque su trabajo...tal cual Omar Vizquel demostró, no hacen falta los jonrones para triunfar en el beisbol. Hay muchos cronistas que aún no entienden de eso.
Ricardo López Carrasco

lunes, 16 de noviembre de 2009

Maradona juega a ser técnico

Cada quien que tenga el sueño o la idea de ser técnico de fútbol luche por eso: si Diego Maradona lo es, todo es posible. Resulta increíblemente contradictorio que un tipo que forma parte de la elite de la historia del fútbol mundial no tenga la más mínima idea de lo que es dirigir a un equipo. Que no conozca nada de táctica, pedagogía, e incluso de técnica, esa que sí demostró cuando era jugador. Más allá de todo lo que fue capaz de conseguir gracias a su pierna izquierda, Maradona es un hombre incapaz de ser Director Técnico o entrenador de cualquier equipo. Ya no es cuestión de falta de experiencia o de un continuo aprendizaje, es una cuestión de aptitud. Alejado de la realidad y metido en su mundo, Diego es incapaz de transmitir algún mensaje coherente o enseñanza a un grupo de jugadores que lo ven como un ídolo, pero que poco a poco que con la antigua fama no se gana absolutamente nada.
El último encuentro de la selección argentina da pie para este pensamiento y para comprender un poco los ideales de lo que debería ser el fútbol. Paradójicamente para Diego, España -su último rival- juega como cree él que lo hace su selección. Y digo cree él porque estoy totalmente seguro que en todo este país es el único que tiene la idea de que la Argentina juega a algo. "No merecimos la derrota. En el primer tiempo ellos nos dominaron, pero en el segundo fuimos capaces de nivelar el partido y sacamos la casta", fueron las tristes declaraciones de un seleccionador que pareció estar viendo otro tipo de partido. Argentina se vio totalmente desbordada por el juego fluido y de toque español. Se vio incapaz de comprender la esencia de este fútbol e incluso, por lo único que destacó fue por la capacidad de sus defensas para tirar patadas a los contrarios. El equipo fue incapaz de armar ataques de cuatro toques o más y salvo un par de pelotazos y un penal, Casillas fue un simple espectador en el encuentro de su centenario con la roja española. Ni siquiera la figura de Lionel Messi fue capaz de hacer algo. Con esa ayuda desde el banco, ni el mejor jugador del mundo sale vivo...y eso que su técnico -qué casualidad- piensa lo contrario.
"Messi hizo lo que le pedí. Fue el dueño del partido. Así lo queremos ver siempre", jajajá, esto fue lo que dijo "El Diego" de su estrella tras el juego. Pobre albiceleste, si ése es el Messi que todos quieren ver, incapaz de tocar el balón, y de chutar a la portería (si la vio seis veces en el tiempo que jugó fue mucho), no quiero ni imaginarme cuál será el papel de la Argentina en el Mundial. Sin embargo, para su técnico eso no es problema. Aquí no importan las figuras, siempre y cuando todas las miradas vayan al banco. Donde él, de pie, con su jogging, su campera y su mirada altanera (¿a quién engaña?) aparecerá para gritar (o balbucear) alguna ¿indicación? a sus dirigidos. Simplemente...el sueño de ser técnico tiene su precio, pero uno muy sencillo de pagar. Maradona lo hace y lo disfruta, pese a que todo un país lo sufre...ya veremos qué nos deja el Mundial.
Ricardo López Carrasco