viernes, 29 de enero de 2010

Y se hizo justicia











Vino Pablo Sandoval, a mí no me importa, soy caraquista. Andrés Eloy Blanco fue activado, a mí no me importa, soy caraquista. Carlos Guillén está en el roster, a mí no me importa, soy caraquista. Y los Leones lo lograron. Levantaron un 2-0 en la serie, se sobrepusieron a regresar con desventaja a Valencia, incluso fueron superiores a los errores de su mánager y a las bajas de los peloteros, pero ahí están. Son los campeones, derrotaron a sus eternos rivales y fueron capaces de acallar las bocas que los daban como perdedores (con sinceridad me incluyo). El corazón caraquista sonrió, salió y venció.








Los melenudos fueron capaces de sobreponerse a todo y de ganar como sólo ellos saben: aprovechando las brechas que le dan los rivales. Ya se habían ensañado con Jim Brower en el tercer juego de la final y no les hicieron caso, lo volvieron a poner. Gregor Blanco (Más Valioso de la final) se dio a la tarea de demostrarles su error en el mismo primer inning. Los Navegantes pifiaron par de rodados, y vinieron otras tres carreras. Por ahí se abrió la brecha que culminó Carlos Maldonado con un tubey de MVP que trajo dos para ponerle cifras definitivas al marcador. Era la justicia, era la búsqueda de un título que se escapó en el séptimo encuentro del año pasado. Era la dignidad caraquista en juego y el deseo de humillar al eterno rival. Ya Caracas lo consiguió, sigue adelante y mira con orgullo lo conseguido: 17 títulos y dos Series del Caribe.








¡Salud al mejor equipo de Venezuela!




¡Campeones!

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