domingo, 13 de junio de 2010

Beethoven es de padres turcos.





Alemania presentó credenciales al Mundial del 2010 apoyados en un hombre: Mesut Ozil. El extremo, hijo de turcos, guió el ataque teutón que destrozó las esperanzas australianas, en lo que de lejos fue el mejor encuentro de lo que va de torneo. La estrella del Werder Bremen guió todas las internadas de su oncena, y apoyado por Thomas Muller y Lukas Podolski perforaron las redes de los aussies, hasta que decidieron dejarlos en paz.

Ozil hizo recordar mucho el juego de Messi. Con rapidez europea y desparpajo suramericano, el zurdo demostró que Alemania puede ser tomada en cuenta como candidato a esta copa, siempre y cuando siga manteniendo una dinámica de juego basada en las aperturas a las bandas y en la dureza defensiva.

Sin mucho que sufrir atrás (pese a que Australia intentó hacer su juego), los bávaros dinamizaron su juego y actuaron con rapidez, y técnica. Podolski por izquierda y Muller y Lahm por derecha animaron una y otra vez el juego, gracias a los pases de fondo de Ozil. Así, Miroslav Klose, Podolski, Cacau y Muller fueron capaces de marcar y mantener el cartel de candidatos al título. Para destacar, Klose consiguió su gol 11 en mundiales y quedó a cuatro del registro de Ronaldo.

Los alemanes se candidatean con fuerza para lograr el título y animan un Mundial que hasta ahora ha contado con más decepciones y distracciones que con buen juego. Faltan por jugar Brasil, Holanda y España. Se vienen jornadas de mejor juego.

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