miércoles, 16 de junio de 2010

Un Mundial para olvidar el lujo.





Cristiano Ronaldo es uno solo. Kaká no se encuentra a él mismo...ni hablar de si encuentra a Luis Fabiano. Didier Drogba sólo juega la mitad de un tiempo, Messi juega bien, y sin embargo no hace ni goles, ni asistencias. Este Mundial no está para grandes cosas. Atrás quedaron los lujos personales, Sudáfrica 2010 es una renovación del fútbol en la que la táctica le permitirá a cualquier equipo sobreponerse a lo que puedan plantear ciertos jugadores e incluso ilusionarnos para lograr grandes metas.

Parece extraño, parece difícil para los puristas del deporte, pero el planteamiento táctico y el estudio de las jugadas se está sobreponiendo a la inteligencia y al virtuosismo del juego de fantasía. Incluso la Argentina, con un Director Técnico que no tiene ninguna idea táctica, ha demostrado un juego en el que prevalece el orden y en el que las 'figuritas' están amarradas al bien de la figura táctica del juego (léase 4-4-2, 3-5-1, 2-3-5...la que más les guste).

El fútbol se globaliza y como deporte globalizado, permite que cualquier escuadra sea capaz de conocer todo acerca de sus rivales y plantear un funcionamiento pieza por pieza capaz de detener los ataques. Por momentos parece que ya no importa cuántos goles se marquen, lo importante es cuántos se eviten.

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