miércoles, 16 de junio de 2010

A España le marea el chocolate.





Ya a estos momentos lo único que se puede alcanzar a preguntar es ¿qué está pasando? Ya jugar bien no es una virtud, lo mejor resulta jugar ordenado y atrás. Suiza dio una lección táctica a la España del 'tiqui-taca' y le dio vuelo a cualquier equipo que desee ganar el Mundial. Sí, ya a estas alturas cualquiera es capaz de ganarlo y sólo Alemania y Argentina han demostrado fútbol suficiente entre los 'auténticos' candidatos.

Ciertamente los ibéricos no jugaron mal. Fueron fieles a su estilo y atacaron hasta que al árbitro le dio por pitar el final del partido. Pero eso no fue suficiente. Tanto atacar no tuvo recompensa. Ya no sólo hay que jugar bien, resulta que esto no se limita a esto, hay que meterla y ser capaz de ganar. Suiza tuvo tres ocasiones y metió una, suficiente. Con orden, con tranquilidad (nunca se vio sobrerevolucionado) y aguantando las cargas pegado a su portero, fue capaz de llevarse un triunfo importante (y además histórico porque llevan cinco partidos seguidos en Mundiales sin recibir goles) que los coloca como principales candidatos de su grupo a pasar a la siguiente ronda.

No vale para Iker Casillas decir que jugaron bien, lo que vale aquí es ganar. Este Mundial demuestra que no importa el cómo, lo que importa es el cuánto. No hay manera, el resultadismo en el deporte se impone a los que deseen jugar bien. Esto va más allá de la simple voluntad de juego, ya lo que importa es ganar.

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